SIL México

 

Detalle del códice Nuttall

¿Por qué tanta confusión?

Nombres que frecuentemente
causan confusión

de lenguas indígenas de México

 

En varios casos, en la nomenclatura de las lenguas indígenas de México un solo nombre o dos nombres muy semejantes son usados para nombrar lenguas muy diferentes. Esta confusión es resultado histórico, en la mayoría de los casos, de la etimología de los nombres que generalmente provienen de la lengua náhuatl.

Etimologías específicas:

El factor náhuatl

La raíz de gran parte de esta confusión de nombres se encuentra en la lengua náhuatl. Los españoles en los primeros años después de llegar a México trataron más con los hablantes del náhuatl que con los de otros pueblos indígenas de México, y por lo tanto adoptaron los nombres del náhuatl para esos pueblos y sus lenguas.

El etnocentrismo —la idea de que la cultura, lengua y pueblo de uno son primarios y todos los demás son secundarios— es endémico, por no decir que natural en la humanidad. Naturalmente caracteriza en especial a los grupos que son o han sido política y socialmente dominantes (cuyo dominio obliga a los demás a modificar su propio etnocentrismo). Esta actitud se reflejó en algún grado en los nombres que los hablantes del náhuatl dieron a algunos de las lenguas y grupos vecinos.

El náhuatl pone a la disposición de sus hablantes varios recursos léxicos y gramaticales para nombrar los lugares y sus habitantes. Hay toda una gama de sufijos toponímicos, como -tlan, -ko y -kan. Los gentilicios correspondientes suelen terminar con sufijos como -teco [-tēko] 'dueño de' (relacionado con tecuhtli [tēkʷtɬi] ‘señor’) o -teca(tl) [-tēka(tl)] ‘habitante de’, -e(h) ‘dueño de, poseedor de’, -hua(n) [-wa(n)] ‘dueño de, poseedor de’. Estos sufijos aparecen comúnmente en los nombres de los pueblos indígenas de México; tienen en común la idea de ‘persona asociada con’, refiriéndose la raíz sustantiva a la que se posponen.

Otras fuentes de confusión

Por muy confuso que parezca, una lista estandarizada de nombres como la que usamos en este sitio es bastante mejor que algunas de las alternativas menos formales que se han usado en el pasado. Además de las semejanzas etimológicas, hay varios otros factores que hacen su aportación para aumentar la confusión en los nombres de las lenguas.

Proveniencia de gentilicios y topónimos

Las lenguas son habladas por grupos étnicos, y los nombres de las lenguas generalmente vienen de los gentilicios y no viceversa. Estos grupos étnicos suelen nombrarse según dónde viven en vez de según los criterios lingüísticos, y sus lealtades y su auto-identificación suelen ligarse estrechamente a su pueblo. Por lo tanto, sus nombres suelen derivarse de los topónimos. Por ejemplo, si hay algunos hablantes del mixteco que viven en un pueblo que se llama San Juan Ixtepec, y otros que hablan una variante mutuamente entendible viven en San Bartolo Miahuatlán, sus lenguas pueden llamarse sanjuanero o ixtepecano, y miahuateco. En efecto, surgirían tres nombres para la misma lengua. Y si hubiera tres pueblos llamados Miahuatlán (de hecho son más) las lenguas de sus hablantes todas se llamarían miahuateco, aunque fueran de tres familias lingüísticas completamente diferentes.

Existe hasta la fecha una confusión respecto a los idiomas llamados ixcateco que parece haber resultado de esta clase de situación. Una lengua popolocana relativamente aislada que se llamaba ixcateco probablemente ya ha desaparecido; una variante del mazateco (idioma también popolocano) por casualidad se llama ixcateco y suele ser descubierta y reportada como forma sobreviviente de la lengua desaparecida.

Autónimos

Otro factor que contribuye a la confusión es el uso de autónimos, es decir, nombres auto-referentes que son distintos a los nombres impuestos desde afuera (generalmente, como ya notamos, son provenientes de la lengua náhuatl e influenciados por el español). Si uno no lo sabe, estará lejos de lo obvio ya que una referencia al huasteco en una parte y una referencia al teenek en otra hablan de la misma lengua. El primer nombre se deriva del náhuatl, y el segundo es como los mismos hablantes llaman a su lengua. En forma semejante, tarasco es un nombre tradicional para la lengua que sus hablantes, y cada vez mayor número de personas fuera de la cultura, llaman purépecha; el autónimo me'phaa va reemplazando al nombre tlapaneco, y los hablantes del otomí suelen preferir que se hable de su lengua con un nombre como hñähnu o hñöhño (la pronunciación y ortografía depende de cada variante en particular.) Al náhuatl se le llama náhuatl / nahua / náhuat / náhual (todas variantes de un nombre preferido por los lingüistas y cada vez más aceptado por el público hispano-hablante), el autónimo mexihka o la forma española derivada mexicano (que también es apropiado por que fue hablado por los habitantes de la ciudad y el centro del país de México), además de nombres autónimos tales como māsēwallahtolli ‘palabra indígena’, o nombres derivados de diferentes tribus o civilizaciones náhuatl-hablantes como azteca, tolteca, tlaxcalteca, chichimeca-nonoalca, etc.

Variaciones de ortografía y pronunciación

Las variaciones de ortografía y pronunciación aumentan la confusión, por supuesto. Tales variaciones resultan de, por lo menos, los siguientes factores:

  • el español provee más de una forma de escribir algunos sonidos
  • los idiomas indígenas tienen sonidos que no caben fácilmente en el alfabeto o combinaciones que no concuerdan con las pautas silábicas y acentuales[1] del español
  • diferentes personas en diferentes épocas han usado diferentes ortografías
  • la pronunciación de las palabras varía según las diferentes variantes de la lengua indígena

Por lo tanto, un nombre como huasteco puede escribirse en algunos documentos como guazteco, teenek suele escribirse ténec, y purépecha puede deletrearse más exactamente como p'urhepecha.

Las palabras del náhuatl (con unas cuantas excepciones en algunas variantes) se pronuncian con acento grave[1] o llano, pero al transferirlas al español ha habido una tendencia notable de imponerles un acento agudo[1], cuando menos en el caso de las palabras que terminan en consonante. Así es que el nombre Chapultepec ‘cerro del chapulín (saltamontes)’ se pronuncia /čapultépek/ en el náhuatl, pero en español es /čapultepék/, y Tehuacán ‘lugar de aguas sagradas’ es /tewákan/ en el náhuatl, pero es /tewakán/ en el español. Esto explica la diferencia de acentuación de los nombres semejantes tepehua y tepehuán: el primero se pronuncia con el patrón acentual del náhuatl (/tepéwa/), y el otro con el patrón ajustado al estilo del español (/tepewán/).

Las terminaciones -teco y -teca(tl)

Hay confusión (y diferencias de opinión y variación dialectal) en cuanto a la forma correcta de algunos gentilicios comunes del náhuatl. Específicamente, se cuestiona si la forma correcta del náhuatl era -teco o -teca(tl), y luego hay diferencias de opinión en cuanto a si esto debe afectar las versiones de los mismos en el español; -o y -a finales en los sustantivos del español que usualmente marcan el género gramatical, y al menos en el uso común los gentilicios o nombres de lenguas, si es que terminan en esas vocales, han sido reinterpretados como si estuvieran marcados por un género. Así es que se suele hablar de la “lengua zapoteca” o de “una zapoteca de Quioquitani”, pero del “idioma zapoteco” o de “un zapoteco de Quioquitani”. Pero algunos prefieren decir “el idioma zapoteca” tomando la -a final como parte de la terminación náhuatl y no como el sufijo español de género. El resultado obvio es que se producen diferencias en los nombres de la lengua.

Nombres adaptados a otras lenguas

Al transferir a otra lengua estos nombres que ya difieren desde sus raíces indígenas y el español, resultan aún más variantes. En inglés, por ejemplo, se suele escribir sin acentos ortográficos, y los nombres de las lenguas llevan mayúscula. Así que, el purépecha del español muchas veces (no siempre) aparecerá en inglés como Purepecha. Los nombres que terminan en una vocal en inglés pueden perderla, así que casi siempre aparece Aztec en vez de azteca, o Mixtec en vez de mixteco; menos comúnmente se da Huastec en vez de huasteco, y nunca se da Mexic por mexica. Otras lenguas pueden cambiar los nombres provenientes del español en otras formas, o pueden tomarlas prestadas del inglés u otra lengua.

En inglés la terminación adjetiva -an (cognado de -an(o) en el español) puede usarse en los nombres de lenguas, especialmente si se trata de familias lingüísticas en vez de variantes individuales. A veces esto se observa en el español también. Así que, a veces en inglés la lengua huasteca se llama Huastecan ‘huastecano’, o las lenguas mixtecas pueden ser llamadas en forma colectiva el Mixtecan ‘mixtecano’. Una reinterpretación de esto puede haber influido en la formación del nombre tepehuano en vez de tepehuán, tomando el sufijo náhuatl -wan como si terminara en -an(o).

Resumen

Al combinarse todos estos factores, el resultado obvio es que no hay sólo un nombre correcto para una lengua, y puede haber más de una lengua con el mismo nombre. No es de sorprenderse que podamos confundirnos.

(Los nombres más comunes y variantes de ellos, con la excepción de algunas diferencias menores de ortografía, pueden encontrarse en la lista de lenguas de este sitio.)

—David Tuggy T.

con la participación de:
Doris Bartholomew, Nancy Collard de Hagberg, Benjamin F. Elson,
Larry Hagberg, James K. Watters, Elizabeth Willett, Thomas Willett


Referencias

  • Coe, Michael D. 1962. México. Revised and enlarged edition, 1984. London: Thames and Hudson.
  • Comisión Nacional para el Desarollo de los Pueblos Indígenas. 2004. www.cdi.gob.mx
  • Diccionario básico del español de México. Lara, Luis Fernando, ed. 1986. México: El Colegio de México.
  • Diccionario del Náhuatl en el Español de México. 2007. Montemayor, Carlos, coordinador, Enrique García Escamilla, y Librado Silva Galeana, con la colaboración de Enrique Rivas Paniagua. México: Ciudad de México y UNAM.
  • Gordon, Raymond G. Jr., ed. 2005. Ethnologue: Languages of the World.
  • Handbook of Middle American Indians. Wauchope, Robert, ed. 1964-1972. Austin: University of Texas Press.
  • Hasler, Juan. 1954. “Los cuatro dialectos de la lengua nahua.” Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, vol. XIV.
  • Kirchhoff, Paul. 1940. “Los pueblos de la historia Tolteca-Chichimeca; sus migraciones y parentesco.” Revista Mexicana de Estudios Antropológicos, vol. IV.
  • Lastra 1986
  • Robelo 1906
  • Santamaría 1959
  • Siméon 1977.
 
 

La imagen al principio de esta página es un fragmento del códice Nuttall, por cortesía de Tom Frederiksen, y es usada con el permiso correspondiente.